En la última sesión del ciclo de Conferencias FCU 2022, el historiador Emad Aboaasi conversó sobre cómo una parte de la sociedad venezolana continuó con el quehacer cotidiano y promovió la vida cultural durante la guerra Federal.
POR: Fundación para la Cultura Urbana
El pasado 27 de octubre se llevó a cabo la octava y última Conferencia FCU de 2022, titulada Vida cotidiana durante la guerra Federal venezolana, cuyo orador fue Emad Aboaasi, doctor en Historia por la Universidad Central de Venezuela (UCV); con licenciaturas en Historia y Educación, mención Historia; y abogado por la Universidad de los Andes (ULA). Además, es profesor asociado en la Escuela de Historia de la ULA, y en la maestría en Historia de Venezuela de dicha institución académica, en la cual es, también, coordinador del Grupo de Investigación de Historia Social y Económica de Venezuela.
Entre sus obras publicadas destacan: Ideas y letras durante la guerra federal; Matrimonio por imperio de ley (Seducción y honor en Portuguesa: 1876-1880); El retrato de Alejandro Peoli (Matices de la intelectualidad caraqueña: 1850-1866); La publicidad conquista la Luna: una mirada desde la prensa venezolana de 1969. También ha publicado artículos científicos en capítulos de libros, boletines y revistas especializadas nacionales e internacionales.
La conferencia
La presentación estuvo a cargo de Diajanida Hernández, gerente general de la Fundación para la Cultura Urbana (FCU), quien indicó que “con la intervención del día de hoy cerramos por este año este espacio que creamos en 2021 para encontrarnos con la Academia, con especialistas de diversas disciplinas que nos acompañan para abordar distintos temas”.
A continuación, el orador dio inicio a la conferencia definiendo brevemente qué fue la guerra Federal en Venezuela (1859-1863), para ubicar mejor el tiempo y el espacio de acción de la charla a los asistentes. La explicación del origen de esta guerra civil, que compartió Emad Aboaasi, fue una clase magistral resumida, y dejó claro que con respecto a las batallas y consecuencias de la guerra no iba a hacer referencias, porque sobre ello se ha escrito suficientemente y prefirió abocarse a lo que sucedía detrás del hecho bélico y cómo una parte de la sociedad buscó continuar, en la medida de lo posible, con el quehacer cotidiano y promover la vida cultural.
“Mi intención es revisar cómo dentro de ese contexto bélico, envuelto en el fragor de las armas, hubo una sociedad que al margen de los episodios dantescos y sanguinarios procuró la preservación de sus espacios sociales y culturales, y no sucumbir al día a día. Es decir, abocarse a la creación de escenarios para el deleite de la existencia”.
Otra perspectiva de la Historia
Revisar la vida cotidiana durante ese tiempo no había sido del interés del estudio de la Historia, que más bien la había relegado a un segundo plano, porque la concepción de la historiografía tradicional había dirigido su objeto de estudio hacia asuntos involucrados con el inicio y desarrollo del hecho bélico y su desenlace, comprender la dinámica política e ideológica, estudiar el marco jurídico y el sistema económico, comprender algunas de sus batallas, las estrategias militares, las tácticas de guerra de guerrillas, la biografía de algunos de los caudillos que participaron, los movimientos migratorios generados producto de esta guerra, estadísticas de defunciones, entre otros.
Pero, según Aboaasi, el estudio de la vida social y cultural inclusiva había estado relegado a un segundo plano debido a dos razones fundamentales: el peso que tenía la literatura del siglo XIX, que se había encargado de ensalzar al máximo la heroicidad de los caudillos y protagonistas de la guerra, incluso glorificar los hechos bélicos; y, por otro lado, el peso de las metodologías positivistas y marxistas que habían imperado a lo largo del siglo XX, hasta más o menos la década de los 70, gracias al surgimiento del estudio de la mentalidad.
A partir de allí, la concepción de la Historia empezó a cambiar, ya que se ampliaron los temas de estudio para comprender la vida social y cultural más allá de los resultados estadísticos de la guerra.
Es por ello que este tipo de investigaciones encuentra en la prensa de la época una fuente muy rica de información y datos, ya que mostraba una fotografía de la cotidianidad de pueblos y ciudades del país, de aquellos hombres y mujeres que mostraban un genuino interés por apartarse, en lo posible, de las luchas y mostrar una realidad más cercana a la civilidad a través de, por ejemplo, la poesía, la crítica literaria, la publicidad o artículos sobre la vida social y cultural del momento que, incluso, hacían alusión al Manual de Carreño.
En ese sentido, la disertación se centró en cinco aspectos esenciales para comprender mejor la sociedad de ese tiempo:
- El Manual de Carreño como modelador de comportamientos sociales.
- La participación de la mujer en asuntos literarios.
- La guerra como señuelo publicitario.
- Muestra de algunas creaciones poéticas.
- La política de publicación y la crítica literaria.
El Manual de Carreño
A partir de ese momento, Aboaasi trazó una minuciosa valoración de la influencia ejercida por el Manual de urbanidad, de Manuel Antonio Carreño, en los comportamientos sociales de los venezolanos de mediados del siglo XIX, y cómo debía ser la manera “ideal” de manejarse dentro y fuera de las casas, porque el comportamiento en la calle era, sin duda, el reflejo del comportamiento en el hogar.
“Se trata de un libro que se convierte en el organizador de la vida de los individuos y en un organizador de la sociedad y de sus espacios”. Gracias a su difusión, que traspasó las fronteras de Venezuela, de algún modo se empezó a poner orden en la sociedad, a la que le sugirió nuevas formas de comportamiento. “Este manual empezó a diseñar un prototipo de dama y caballero para una sociedad que empezó a preocuparse por nuevas etiquetas sociales, nuevas formas de interrelacionamiento”.
La literatura y la publicidad en tiempos hostiles
Con respecto a la participación de la mujer en asuntos literarios, pese a haber arrastrado, incluso desde el proceso de independencia, la imposibilidad de participar activamente en la política y la escritura, la investigación de Aboassi arrojó el nombre de ocho figuras que lograron romper esa barrera: Julia Pérez Montes de Oca; María del Rosario Coronado; Rosalía, Dolores, Anita e Isabel Briceño; Pilar Ayala; y Rosalía González; y seis que usaban pseudónimos: Edilia, Dafne y Flora, Lelia, Una hija de Guaicaipuro, La señorita de los salones de Caracas y Una joven caraqueña. De ellas, leyó dos poemas que recogen el espíritu de la época desde la perspectiva de la mujer en un ambiente bélico y patriarcal.
Por otra parte, el ingenio de los publicistas que, de alguna manera, aprovecharon el ambiente de la guerra para dinamizar el movimiento comercial creando un imaginario publicitario, a partir del imaginario bélico, refleja la capacidad ciudadana de aprovechar un escenario a todas luces dramático para matizarlo y sacarle algo de provecho, los ejemplos que mostró el orador fueron elocuentes.
Sobre las políticas de publicación y la crítica literaria, el último aspecto a tratar de la conferencia, Aboaasi reflejó el ánimo editorial de la prensa en esa época, y lo condensó en cinco criterios, no absolutos, pero que sí reflejaban una tendencia: la discrecionalidad de los editores, la importancia de las cartas de recomendación como una especie de aval para publicar algún texto, la exigencia de una rigurosidad gramatical, el empleo de la firma abajo del texto y que, a su vez, estos fueran escritos con moderación y sin ofensas personales.
La crítica literaria también tuvo una importancia capital en la formación de un país más cercano al hecho cultural, aunque no exento de diatribas y desencuentros, que el orador encontró durante la investigación y que compartió en la conferencia, destacando la figura del crítico Alejandro Peoli, una de los personajes más “rudos” en este ámbito durante el siglo XIX, considerado por Mariano Picón-Salas como el “feroz aristarco de nuestro romanticismo”.
Cierre
El resultado de esta investigación, que aún tiene mucha información que aportar, refleja una de las cualidades más valiosas del ser humano, que es esa capacidad de superar momentos y situaciones difíciles y en medio de la hostilidad aspirar a enriquecer el día a día a través del arte y otras manifestaciones que propician una vida mejor, lo hemos visto en tiempos pasados y, seguramente, lo seguiremos viendo.
Compartimos el video completo de esta sesión, la última del ciclo de Conferencias FCU de 2022, a la vez que los invitamos a revisar nuestro canal de YouTube que tiene todas las conferencias y otros contenidos de nuestras actividades.
Imagen de portada: Joaquín Crespo en la Batalla de Los Colorados, de Arturo Michelena (1893).
Imagen de cabecero: portada del Manual de urbanidad y buenas maneras, de Manuel Antonio Carreño (Cuéllar editores).