Con "Índigo", Flores ganó la primera edición del Transgenérico, una obra de “paralelismos entre el yo poético, el amor y la ciudad”.
POR: Fundación para la Cultura Urbana
¿Cómo describirías tu libro ganador del PAT?
—Describiría a Índigo como un libro de viajes con una estructura tradicional de tres partes, las cuales titulé: conocida, extranjera y desconocida. Su primera parte habla de Caracas, la Caracas del centro con el nombre de sus esquinas en un viaje hacia la infancia y el pasado; extranjera habla de una ciudad en la que estoy de paso, es de un presente relativo; y desconocida es sobre una ciudad deseada e imaginada, casi onírica. A la par, transcurre una historia de amor. La imagen que recorre el libro es un color: índigo y adquiere connotaciones eróticas. De igual forma, los títulos de las tres partes se refieren a estados interiores del yo, por eso están nombrados en femenino, por lo que Índigo se construye gracias a paralelismos entre el yo poético, el amor y la ciudad.
¿Cuál de los libros ganadores del PAT recomendarías?
—Tiempo hendido, de Roberto Martínez Bachrich, no solo por su tema, la vida y obra de Antonia Palacios, sino por la posición radical de su autor ante la obra: dejó que la obra lograra su esplendor a pesar de alcanzar 400 páginas y complicar su posibilidad de edición. Por fortuna, ganó la décima edición de este premio. Es y cito a Roberto en su dedicatoria manuscrita en mi ejemplar, «un ejercicio de desmesura enamorada» y en esto consiste, en parte, el misterio de la escritura. La edición, hermosa y sencilla, recoge un completo testimonio iconográfico.
También debo mencionar a Florencio y los pajaritos de Angelina, su mujer, de Francisco Massiani, y las obras de Gina Saraceni, Jacqueline Goldberg, Alberto Hernández, Ricardo Ramírez Requena, Arturo Gutiérrez Plaza, Gustavo Valle, Pedro Plaza Salvati. Si a ver vamos, habría que recomendar a todas, que méritos tienen.
¿Tienes alguna manía o rito para escribir y leer?
—Manías, ninguna. Rituales tuve en el pasado. Imposible mantener mis sencillos rituales en las circunstancias actuales que vivimos como país. La lectura, sobrevive; la escritura, persevera.
Imagen de cabecero: detalle de la fotografía de El Calvario en la urbanización El Silencio, circa 1957. Autor desconocido. © Archivo Fotografía Urbana.