Gina Saraceni,
ganadora del PAT 2011

Un libro sobre
la memoria

En "Casa de pisar duro", Gina Saraceni propone un viaje interno y memorioso "por distintos espacios y geografías, cuerpos y experiencias, referentes y afectos"

POR: Fundación para la Cultura Urbana

¿Cómo describirías tu libro ganador del PAT?

—Hay preguntas que la poesía pide que sean escritas para darle una existencia material, una forma, una lengua, que permita, si bien de modo insuficiente, comprenderlas. Casa de pisar duro es un libro sobre la memoria como una forma de pertenencia, como una casa a la que se regresa para saber dónde quedó lo que se ha perdido. A la vez, es también un libro que se desplaza por distintos espacios y geografías, cuerpos y experiencias, referentes y afectos, para pisar duro, con los pies de la poesía, los rastros y emociones que la vida deja irresueltos y palpitantes para que uno los transforme con la palabra.

Un libro sobre la memoria

¿Cuál de los libros ganadores del PAT recomendarías?

—No he leído todos los libros ganadores aunque conozco una buena mayoría y considero que, en sus diferentes apuestas, son valiosos e importantes. Por el aporte que constituyen para la crítica literaria y de poesía venezolana, además por la investigación rigurosa y exhaustiva que realizan y por la apuesta de estilo crítico que tienen, recomiendo los libros Tiempo hendido, de Roberto Martínez Bachrich; Itinerarios de la ciudad en la poesía venezolana: una metáfora del cambio, de Arturo Gutiérrez Plaza; y Las tramas de los lectores. Estrategias de la modernización cultural en Venezuela (siglo XIX), de Paulette Silva Beaureagard. También la novela Las horas claras, de Jacqueline Goldberg, e Indigo, de María Antonieta Flores.

¿Tienes alguna manía o rito para escribir y leer?

—La escritura de poesía es muy diferente a la escritura crítica y pasa por procesos distintos. En el caso de la poesía me ocurre que para empezar un poema necesito mirar y contemplar: un paisaje, el mar, un objeto, un cuadro. Hay una fase inicial, cuando todavía no existe nada que es visual o sonora donde capturo una imagen que me sirve para iniciar a darle forma al poema que primero es una anotación en una libreta o cuaderno, y después empieza a encontrar su medida y tono cuando la escribo en la computadora. También correr me ayuda a “escribir en el aire”.

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