El escritor merideño, Ednodio Quintero, presentó una conferencia en homenaje a la narradora recientemente fallecida

POR: Fundación para la Cultura Urbana

En el marco de las Conferencias FCU 2023, la Fundación para la Cultura Urbana presentó «Tres rosas amarillas para Victoria de Stefano», una conferencia-homenaje a la vida y obra de la escritora italovenezolana, Victoria de Stefano, recientemente fallecida en el mes de enero de este año. Las palabras estuvieron a cargo del escritor Ednodio Quintero, quien compartió durante muchos años una gran amistad que estaba amparada en el amor por los libros.

Las palabras de presentación estuvieron a cargo de Diajanida Hernández, gerente general de la FCU, y Elías Pino Iturrieta, presidente de la FCU. En ambas intervenciones se resaltó su personalidad, generosidad y entereza, pero, sobre todo, la gran capacidad narrativa y la potencia que guarda su obra a través de sus novelas, ensayos y diarios.

La intención de Quintero al haber llamado a la conferencia así, parte de un cuento de Raymond Carver llamado «Tres rosas amarrillas», que narra los últimos días de la vida de Antón Chejóv y que a Victoria le gustaba mucho. Por esto, cada rosa representa un aspecto su vida y obra: amistad, vida y escritura.

Una amistad signada por los libros

Ednodio Quintero cuenta que la primera vez que conoció a Victoria de Stefano fue en la primera edición de la Feria del Libro de Caracas. Ella se le acercó, se presentó y le entregó la última novela que había publicado para ese momento: Cabo de vida. Dice que la novela no la leyó en al instante; pero tiempo después, en 1999, encontró en una librería de Mérida Historias de la marcha a pie, libro considerado la obra más lograda de su prolífera carrera como escritora.

«En ese momento era muy pedante, no leía venezolanos, leía a Kafka, a Thomas Bernard, a Faulkner, pero cuando la leí, dije: aquí sí hay una gran escritora», confiesa Quintero. A partir de ahí comenzó a leer todos sus libros y la amistad creció con el tiempo.

Recuerda también con mucho cariño la casa de Sebucán, las caminatas, los viajes juntos y las lecturas compartidas, aunque agrega: «Victoria tenía una predilección por Chateaubriand. Yo no lo he leído. Es una de las deudas que tengo con ella».

Territorio extranjero: una vida muy vivida

El primer recuerdo que Victoria de Stefano tiene de su vida se remonta a los 4 años de edad. Su familia vivía en una aldea dentro de una zona montañosa y empinada. Caminando por el lugar se perdió y fue rescatada por un campesino que la alimentó y luego la llevó con sus padres. Aquel campesino quedó tan apegado con esa pequeña Victoria que los días siguientes le llevaba a su casa leche y cosas para comer como muestra de cariño.

Salvador Garmendia, quien era amigo de ambos, les contó que, en Barquisimeto, su pueblo natal, cuando un niño se perdía y luego aparecía, aquel niño no era el mismo, lo habían cambiado por otro. La anécdota la retrata con cierto humor Ednodio Quintero en el prólogo de Lluvia, novela publicada en 2002 y reeditada por la editorial Candaya en 2006.

Pero su llegada a Venezuela la enfrentó con un conflicto de mayor envergadura que la marcaría para siempre: el idioma. Victoria no hablaba español y tuvo que adaptarse rápidamente en el colegio para poder entender todo lo que sucedía a su alrededor. El conflicto se convirtió en una virtud, desarrolló un gusto por la lectura y la escritura desde muy pequeña y ese nuevo idioma la recibió con los brazos abiertos.

Al crecer decide estudiar filosofía, se casa con su profesor de la universidad, Pedro Duno, y juntos deben escapar del país y conocer el exilio político. La Habana, Zúrich, París son algunos de los lugares en los que viven durante el tiempo de exilio. Luego, al volver a Caracas, entra a dar clases de Estética en la Universidad Central de Venezuela. A partir de este tiempo comienza lo que Ednodio Quintero considera «la vida de escritura».

La obra de una narradora

Victoria de Stefano es autora de nueve novelas, tres libros de ensayo y dos libros autobiográficos. Su obra está constituida por una profundamente íntima y reflexiva, donde lo contemplativo (lo natural, lo urbano, lo artístico) es un recurso que se muestra indispensable a la hora de narrar.

Ha sido premiada con el Premio Municipal de Ensayo y el Premio Municipal de novela, pero lo que realmente dio a conocer de forma masiva la obra de de Stefano fue ser finalista del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en 1999.

 

En la última parte de la semblanza presentada, Ednodio Quintero hizo un recorrido por toda la obra de Victoria de Stefano. Libro a libro fue dando sus impresiones, fue señalando las virtudes, como fueron evolucionando sus temas y como se interconectan entre sí sus novelas y cómo van dejando una impronta de su estilo.

Ednodio Quintero señala al cierre de la conferencia que en este momento: «No hay nadie que esté escribiendo como Victoria, porque el lenguaje está muy devaluado». De esta forma, nos damos cuenta de que estamos frente a una escritora que, sin duda, será estudiada, leída y recordada.

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Para escuchar la conferencia «Tres rosas amarillas para Victoria de Stefano», puedes hacerlo desde nuestro canal en YouTube.

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