La segunda sesión del ciclo Conferencias FCU, a cargo del sociólogo Miguel Ángel Campos, repasó una faceta de la vida de Picón-Salas: sus autodestierros.
POR: Fundación para la Cultura Urbana
“Me voy porque no quiero sucumbir a la barbarie estúpida”, con esa frase, lapidaria, que marca el primer exilio de Mariano Picón-Salas cuando aún estaba Juan Vicente Gómez en el poder, Miguel Ángel Campos comenzó su disertación en la segunda sesión del ciclo Conferencias FCU, titulada Despedidas y regresos de Mariano Picón-Salas, dedicada a este escritor, historiador, diplomático y catedrático venezolano a 120 años de su nacimiento.
Campos, sociólogo egresado de la Universidad del Zulia, profesor universitario, escritor, estudioso de la cultura del petróleo y uno de los ensayistas más relevantes de nuestro tiempo, le ha dedicado parte de su esfuerzo de investigación a la vida y obra de este valioso humanista merideño.
Despedidas y regresos
Los exilios, o autodestierros, de Picón-Salas fueron cuatro, un número elevado si tomamos en cuenta que su trabajo académico e intelectual fue de tal magnitud que, a la edad de 30 años, asumió la rectoría de la Universidad de Chile. Ahí surge una inevitable comparación con Andrés Bello: ambos exiliados en ese país, con una copiosa obra publicada y rectores universitarios, aunque Bello jamás regresó, mientras Picón-Salas lo hizo no solo una, sino tres veces más.
Humanista en toda la extensión de la palabra, Mariano Picón-Salas fue el promotor de la creación del Instituto Pedagógico Nacional; de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela; de la Revista Nacional de Cultura; dirigió el suplemento Papel Literario, del diario El Nacional; fue fundador del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (Inciba); tuvo cargos de responsabilidad diplomática en varias oportunidades; y fue representante de Venezuela en la Unesco, entre otras responsabilidades intelectuales y académicas.
En cada exilio, Picón-Salas siguió pensando en Venezuela, sus circunstancias, sus posibilidades y en cada regreso le resultó difícil conciliar su visión del país con la realidad. “Este es un país de cuarteleros”, dijo luego del golpe a Rómulo Gallegos, refiriéndose no solo a los militares, sino a esa parte de la sociedad impasible ante los hechos que marcaban la salida de un civil en la conducción del país.
Miguel Ángel Campos contó en esta charla cada una de esas despedidas y regresos de Picón-Salas a Venezuela, su paso por algunos países, su correspondencia con algunas personalidades, destacó algunos rasgos de parte de su producción literaria y describió cómo logró materializar proyectos en beneficio del país, así como el episodio insidioso con el escritor Carlos Díaz Sosa.
Estudiar y repasar la vida e ideas de nuestros grandes pensadores nos acerca a la posibilidad de captar mejor lo que realmente somos, y el trabajo de Miguel Ángel Campos, así como de otros investigadores, es una muestra palpable de ello. Te invitamos a ver completa esta conferencia en nuestro canal de Youtube.