La novela del escritor venezolano, Slavko Zupcic, cumple cinco años de haber ganado el XVIII Premio Anual Transgenérico
POR: Fundación para la Cultura Urbana
Youseff Benalfi, un profesor de filología de origen musulmán, llega a la pequeña ciudad de Salerno sumido en una profunda tristeza: su hermano ha muerto en una manifestación callejera y esto ha desencadenado una terrible relación con sus padres que intentan lidiar con el dolor y el constante duelo. Pardo, su colega en la universidad donde trabaja, le recomienda que tome el programa de intercambio académico en el pequeño pueblo al sur de Italia, para poder así distraer la pena y trabajar en un proyecto de investigación que lleva tiempo desarrollando sobre el amor binacional, una teoría en la que busca encontrar los rasgos sociológicos, antropológicos y psicológicos de las relaciones en personas que son de países distintos.
Al llegar, es recibido en la pensión de Nonna Rosa, una matrona que funge como consejera y amiga, con una sabiduría que solo los años pueden dar, que lee el dolor en el rostro de aquel hombre que no sabe muy bien qué hace ahí. Los primeros días de Youseff en Salerno estuvieron marcados por el desconsuelo, la dejadez y la vida sonámbula, encerrado en su habitación hasta que su anfitriona lo obliga a enfrentar el mundo: «Devi uscire. Il mare di Salerno ti farà bene».
Todo viaje es una forma de desprendimiento, de soltar aquello que viene con nosotros. Por eso, el idioma fue lo primero de lo que Youseff intentó despojarse, aquello que lo mantenía todavía a raya en una ciudad en la que todo el mundo quería hablar. Fue así como conoció a Gemma, una joven salernitana, irreverente y llena de energía que lo interpelaba sin piedad para conocer a aquel extranjero que hablaba español, pero era marroquí. A partir de este fortuito encuentro, comienza a vivir en carne propia la investigación para su libro sobre el amor binacional, explorando lo que implica enamorarse de una persona que, como él mismo dice, te ayuda a «aprender otro idioma, otra cultura, pero también a renunciar a algo de la propia».
A medida que la novela se va desarrollando, encontramos tres registros que, juntos, funcionan como una gran voz que nos va dando una panorámica de la historia y una perspectiva más amplia de la complejidad dentro de nuestro personaje. La primera voz es la narración en omnisciente que avanza en las acciones y nos cuenta lo que sucede, el motor del libro. La segunda voz es la de un diario del propio Youseff, que narra su vida en Barcelona, sus reflexiones y lecturas, pero también su estancia en Salerno y su dilema frente a su relación con Gemma. La tercera voz, a la que llama en algunos casos «paradojas del amor binacional», expone los casos que ha venido recopilando para su investigación, relaciones entre parejas que se han conocido bajo distintas premisas, que han logrado estar juntos más allá de las barreras culturales y, en otros casos, cómo estas barreras culturales se convierten en la causa principal de sus rupturas.
Entonces Youseff, sabiendo que se ha convertido en un caso más de su investigación, conoce la vida privada de Gemma, sus manías, sus ilusiones, sus creencias y hasta su gastronomía. Descubre a su familia y los conflictos que la rodean, vive el sueño de enamorarse y, a medida que esto ocurre, el dolor con el que llegó a Salerno se va expiando en silencio, dándole espacio a la esperanza y a las ganas.
Pero la realidad comienza a ganar terreno frente a ese sueño, el tiempo en Salerno se agota. Es momento de volver a Barcelona y le comunica a Gemma su partida. Ella le dice para ir con él, para seguir juntos, pero ante la negativa de Youseff, Gemma sale hecha una furia, tira la puerta de la casa para no volver más.
Curso (rápido y sentimental) de italiano es una novela íntima, con un ritmo sosegado, que busca mostrar que el amor no es solo el afecto entre dos personas sino un algo más que define a las relaciones.
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Créditos de la foto: SchnepfDesign
