Para celebrar el aniversario
de Caracas, la FCU organizó
un encuentro virtual en el que se abordó su situación actual, perspectivas y retos
POR: Fundación para la Cultura Urbana
En el marco de un nuevo aniversario de nuestra ciudad capital, la Fundación para la Cultura Urbana organizó un encuentro virtual titulado Caracas 454. Reflexiones y proyecciones. Pandemia, coexistencia y sostenibilidad, llevado a cabo el pasado 22 de julio, con el propósito de valorar el presente para así tener una mejor perspectiva del futuro.
Para esta ocasión, los invitados fueron María Isabel Peña, arquitecta, profesora, activista urbana, exdirectora del Instituto de Urbanismo de la FAU/UCV y miembro asociado de la Fundación Espacio; Enrique Larrañaga, arquitecto, diseñador urbano, Master of Environmental Design, por Yale University, y profesor titular jubilado de la Universidad Simón Bolívar; y el periodista, escritor, analista político y apasionado por Caracas Alonso Moleiro, quien fue el moderador.
“Caracas ha perdido algunos elementos tradicionales, la diáspora ciudadana ha hecho que su caos habitual ceda espacios”, de esa manera comenzó Moleiro este encuentro, quien además dio cuenta de cómo han mejorado ciertos espacios de la ciudad y de lo poco que se habla de ello, tal vez por esa especie de ruptura emocional propiciada por el tema político, aunque el deterioro en la prestación de los servicios básicos sea cada vez más abrumador.
La pandemia en el contexto urbano
“En esta segunda fase de la pandemia la gente está buscando bienestar”, dijo María Isabel Peña, y se refirió a los hábitos que poco a poco los caraqueños han ido ajustando. Entre esos cambios están, por ejemplo, la adquisición de artefactos para la distracción familiar, las rutinas de ejercicios y la adecuación de las casas, porque tienen nuevas funciones: laboral y escolar. Además, el rol de la naturaleza ha cobrado fuerza: “el Ávila es más apreciado y los árboles son más peleados”.
Por su parte, Enrique Larrañaga indicó que “Caracas es una ciudad a la que evidentemente le faltan muchas cosas, y eso es fantástico porque tenemos la gran oportunidad de vivir en una ciudad que está incompleta y que nos toca completarla a nosotros”. Su postura, tan realista como optimista, apuntó a la necesidad de que la ciudad sea accesible, es decir, que todos podamos llegar a todo.
Coexistencia o fragmentación
Para María Isabel Peña existe una especie de fragmentación de la ciudad, territorios a los que rige una ley no escrita y que son “controlados”, bien por la fuerza o por otro tipo de poder, por grupos o personas que intentan desdibujar el contorno de la ciudad como unidad, que es la forma como debe observarse.
Larrañaga, en este aspecto, se refirió a lo que denomina la “balcanización” de los sectores de la ciudad, con la que las asociaciones de vecinos han, incluso, privatizado espacios públicos, hecho que afecta significativamente la convivencia y fractura la coexistencia.
Sostenibilidad y participación ciudadana
La participación ciudadana es de vital importancia cuando quien está encargado de proveer, regular y proteger está ausente. En ese sentido, María Isabel Peña abordó la sostenibilidad de la ciudad desde la autonomía y la autogestión.
Por ejemplo, mencionó su experiencia con la siembra de árboles que, como indican las normas, deben ser ocho por cada uno talado. Así, se han formado brigadas de siembra en las que han participado muchísimos jóvenes, lo que le hace ser optimista respecto al futuro, en este sentido.
Mientras, para Larrañaga nuestra supervivencia depende de la sostenibilidad. Que pasa no solo por la conservación de recursos y especies naturales, sino por la memoria. Para él, “la sostenibilidad está fundada por la coexistencia”, y ese es el gran desafío.
A lo largo de la conversación Alonso Moleiro expresó sus experiencias e ideas sobre Caracas, su arquitectura, su gente, como contrapunto a la opinión de Peña y Larrañaga.
Hacia el final, y luego de la ronda de preguntas de los asistentes, María Isabel Peña describió en una frase lo que ha sido Caracas y el reto que tenemos por delante: “Somos una colcha de retazos, y nos toca coserla de nuevo”. Sin embargo, hay fundadas razones para ser optimistas.
Les invitamos a ver este conversatorio completo y acompañar la celebración de Caracas, detener la mirada en sus circunstancias actuales y sus posibilidades de cara al futuro.