El antropólogo Luis Lemoine compartió los hallazgos sobre la Mujer de Margarita, una osamenta encontrada en el noreste de la isla que, por su antigüedad, se presume pueda ser la Eva del Caribe.
POR: Fundación para la Cultura Urbana
El quinto encuentro del ciclo 2022 de las Conferencias FCU se llevó a cabo el pasado 30 de junio. En esta oportunidad, la ponencia magistral fue del arqueólogo e ingeniero electrónico Luis Lemoine y se tituló La Mujer de Margarita: una representante de la cultura arcaica de Venezuela.
En la introducción de la charla, el presidente ejecutivo de la FCU, Elías Pino Iturrieta, presentó al conferenciante invitado, quien es presidente de la Fundación Arqueológica del Caribe (ARCA) y arqueólogo investigador de la Unidad de Estudios Arqueológicos (UEA), de la Universidad Simón Bolívar. Lemoine se ha especializado en antropología física de los primeros pobladores de América, ha realizado hallazgos en Margarita, Venezuela (pobladores Arcaicos del Caribe de hace 4000 años AP), El Hatillo, Venezuela (cazadores recolectores y fauna del Pleistocenos de hace unos 20000 años AP) y Arroyo de Vizcaíno, Uruguay (análisis de marcas de cazadores-recolectores de hace 33000 años AP).
Al comienzo de su intervención, Lemoine mencionó un artículo publicado en el portal Prodavinci, titulado Luis Lemoine y la búsqueda de los primeros americanos, una crónica sobre el trabajo de este infatigable científico venezolano, escrito por Diego Torres Pantin, que muestra las dificultades y recompensas del oficio que ejerce Lemoine.
Marco conceptual
En virtud de que el tema tiene un marcado rasgo científico, Luis Lemoine hizo una breve introducción de conceptos para que el público pudiera entender con mayor claridad la conferencia.
Lo primero fue establecer las diferencias entre paleontología, antropología y arqueología, siendo la primera la ciencia que estudia a los fósiles de animales o plantas extintas; la antropología la ciencia que estudia las culturas, por lo general culturas vivas, como las religiones, las danzas, los lenguajes, etc.; y la arqueología se refiere al estudio del hombre ya extinto y su cultura a través de elementos materiales, “el arqueólogo reconstruye una cultura a partir de sus restos materiales, que pueden ser desde desechos de basura hasta una pirámide, del arte todo tipo de material”. Esa es su especialidad y el área de conocimiento e investigación que ha transitado.
El trabajo de campo se llevó a cabo en el Municipio Antolín del Campo, al noreste de la Isla de Margarita. Para ello estuvo a cargo la Unidad de Estudios Arqueológicos de la Universidad Simón Bolívar y en su desempeño encontró, entre otros elementos, una serie de restos humanos de la cultura prehispánica, del período mesoindio o arcaico, que se estableció en Venezuela hace unos 4 mil años, de los más antiguos encontrados en nuestro país.

Esqueleto de la Mujer de Margarita. Foto de Mariana Vincenti.
En ese mismo marco conceptual, Lemoine explicó los períodos que abarcó la presencia prehispánica en Venezuela: Paleoindio, Arcaico, Mesoindio e Indohispano. Por consiguiente, el hallazgo que hizo el equipo de arqueólogos en Margarita pertenece, específicamente, al período Arcaico o Mesoindio, que comprende entre 3000 y 7000 años Antes del Presente (AP), y que eran grupos humanos semisedentarios de pescadores, recolectores y horticultores; aunque se ha hallado evidencia de restos del Paleoindio de, incluso, más de 20 mil años.
Importancia
La importancia de este trabajo de investigación, casi detectivesco, reside en que existe muy poca información sobre el período Arcaico y Paleoindio. Su resultado abre una puerta para reconstruir esa parte de nuestra historia, a partir de preguntas tan sencillas como estas: ¿de dónde provenían?, ¿cómo eran?, ¿cómo subsistían?, ¿tenían ritos o creencias?, ¿cuántas migraciones vinieron a Venezuela y de dónde provenían?
“Y en la búsqueda de respuestas, en un momento dado, en 2007, se armó un equipo de trabajo con mi persona y otros arqueólogos de la Universidad Simón Bolívar, de la Universidad de Leiden, un grupo multidisciplinario, apoyados por la Universidad de Viena y la Universidad de Harvard, la Fundación Arqueológica del Caribe y el Instituto de Patrimonio Cultural, este último con respecto a los permisos necesarios para poder trabajar”.
El azar, los infortunios y la arqueología
En la descripción del trabajo arqueológico, Lemoine contó cómo un mismo evento pudo ayudar a encontrar el lugar adecuado para excavar y, a la vez, cómo lo afectó irremediablemente.
Según cuenta el especialista, se toparon con que una maquinaria pesada había removido un lote de tierra y en esos cortes localizaron un conchero marino y algunas herramientas líticas, lo que les sugirió que podría ser el lugar conveniente para hallar información arqueológica valiosa.
Sin embargo, un poco después se encontraron con que en ese lugar se iba a construir una carretera, que aunque no significaba una vía de alto impacto positivo para la población, no se podía detener su construcción pese a los llamados y solicitudes del equipo arqueológico, y solo les dieron unos pocos días para trabajar.
Con premura se dispusieron a hacer excavaciones de rescate, en lugares donde el agudo olfato del arqueólogo experimentado indicaba que podían hallarse objetos importantes. Con precisión quirúrgica buscaban, en principio, un elemento denominado ocre rojo, que puede indicar huellas del paso de seres humanos por ese lugar, debido a que este mineral está asociado a procesos rituales.
En efecto, fue allí que se empezaron a encontrar osamentas humanas, entre ellas la Mujer de Margarita, el esqueleto más competo, y junto a ella una serie de utensilios, o herramientas, que dan indicios de cómo pudo haber vivido.
De los estudios realizados a este esqueleto, en resumen, se pudo inferir, además del tiempo en que vivió, su estatura y alimentación. Por otra parte, a partir de la forma de su cráneo y de su dentadura se dedujo que pudo ser descendiente de pobladores de una zona del sureste de Siberia, del Estrecho de Bering. También se logró establecer la causa de su muerte: un golpe en el cráneo.

Laboratorio de la Unidad de Estudios Arqueológicos. Foto de Franklin Vásquez.
A modo de conclusión
Para Lemoine, Latinoamérica tiene un interesante trabajo arqueológico por descubrir en todo este período que va entre 4000 y 33000 años. La Mujer de Margarita es la osamenta precerámica más antigua de Venezuela, que perteneció a una cultura llamada Cubagua-Manicuare, nombre dado en función del sitio donde por primera vez se excavó material de este tipo.
Otro dato importante que arrojó la investigación se refiere a que por su antigüedad, la Mujer de Margarita pudo ser la portadora de sus genes a todo el Caribe, es decir, es la Eva del Caribe
El resultado de esta pesquisa ya fue publicado y se hizo un congreso internacional para hablar al respecto. El texto está en inglés y pronto estará traducido al español
Para el cierre, Pino Iturrieta agradeció la ponencia de Luis Alberto Lemoine y agregó: “hemos descubierto cosas que ignorábamos y eso es lo importante de este tipo de actividades que realizamos… se sabe que las ciencias sociales funcionan, trabajan y hacen cosas muy importantes en nuestros días gracias a la actividad de profesionales, tal vez poco conocidos, pero evidentemente dedicados, con profesionalismo, seriedad y método a la investigación científica”.
La ronda final de preguntas, inquietudes y parabienes al trabajo de Lemoine y su equipo fue extensa y amplió el contenido de la charla. Compartimos el video de la sesión que tiene la explicación detallada de este trabajo, con datos precisos y valiosos recursos gráficos.
Foto de portada de Mariana Vincenti.
Retrato de Luis Lemoine por Diego Torres Pantin.